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México busca la soberanía alimentaria frente al dumping agrícola estadounidense

Nadar Contra Corriente

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Resumen ejecutivo

Desde el inicio del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) en 1994, México ha experimentado un dramático deterioro en su capacidad para producir sus propios alimentos. Esto ha sido especialmente cierto en el caso de los granos básicos y las carnes, alimentos que inundaron México con exportaciones baratas procedentes de Estados Unidos después de que el TLCAN eliminara la mayoría de las restricciones comerciales que México había utilizado para proteger a sus agricultores de la competencia extranjera. Muchas de esas exportaciones eran especialmente baratas porque Estados Unidos, durante gran parte del periodo posterior a la entrada en vigor del TLCAN, exportó productos a precios inferiores a lo que costaba producirlos, una definición de la práctica comercial desleal conocida como dumping.

Como ha documentado el Institute for Agriculture and Trade Policy (IATP), en 16 de los 28 años transcurridos desde el inicio del TLCAN, Estados Unidos exportó maíz, soya, trigo, arroz y algodón a precios entre 5 y 40% inferiores a lo que costaba producirlos. El IATP denomina a estos porcentajes márgenes de dumping. Con el aumento de los volúmenes de exportación de cultivos alimentarios claves a partir del TLCAN, los productores mexicanos de estos cultivos vieron caer precipitadamente los precios. La competencia extranjera y los bajos precios mermaron la producción nacional de México, lo que provocó un aumento constante de la dependencia del país de los alimentos importados.

Dada su importancia relativa en la agricultura y la dieta mexicanas, el maíz y el trigo son especialmente preocupantes. Antes del TLCAN, México era casi autosuficiente en maíz: importaba sólo 7% de sus necesidades. Esta cifra aumentó a 30% en 2006-08 bajo el diluvio de importaciones baratas, y ahora se sitúa en 38%. Al trigo le ha ido aún peor, con una dependencia de las importaciones que ha pasado de 18% antes del TLCAN al 66% actual. México importa hoy en día 48% de su consumo de cereales y oleaginosas, y sólo 52% se produce en el país.

El propósito de este informe es evaluar cómo el dumping agrícola estadounidense de exportaciones baratas ha contribuido a la pérdida de autosuficiencia alimentaria de México. Nos centramos en el periodo más reciente de dumping agrícola, de 2014 a 2020, cuando se exportaron cultivos estadounidenses claves por debajo de lo que costaba producirlos, basándonos en un estudio de 2009 de la Universidad Tufts sobre la primera oleada de dumping posterior al TLCAN, de 1997 a 2005.

Figura 1: El Creciente Dependencia a las Importaciones de Mexico*

Mexico's rising import dependency

* En este documento las figuras no se han traducido al español hasta la fecha de publicación.

El gobierno de Andrés Manuel López Obrador llegó al poder en 2018 prometiendo hacer frente a la creciente dependencia de México de las importaciones. "Vamos a producir en México lo que consumimos", prometió López Obrador durante su campaña. Su gobierno ha priorizado cinco alimentos claves --maíz, trigo, frijol, arroz y lácteos-- con una serie de programas gubernamentales diseñados para restaurar cierta medida de autosuficiencia. Aquí nos centramos en el impacto que el dumping agrícola estadounidense tiene sobre esos alimentos básicos.

Encontramos que:

  • Tras el periodo de dumping estadounidense de 1997-2005, cuando los márgenes de dumping se situaban entre 10% y 40%, los precios subieron hasta alcanzar un punto crítico, debido al auge del etanol de maíz estadounidense, la crisis financiera de 2007-08 y una grave sequía en 2011. Pero en 2014 y hasta 2020 los precios de exportación volvieron a niveles de dumping, con márgenes medios de entre 6% y 27%, dependiendo del cultivo. Las perturbaciones del mercado derivadas de la pandemia COVID-19 y la guerra entre Rusia y Ucrania elevaron los precios de las cosechas en 2021.
  • Las exportaciones estadounidenses a México han seguido aumentando en los 12 años recientes, no a las tasas exponenciales inmediatamente posteriores al inicio del TLCAN, pero en general más rápido de lo que ha crecido la producción mexicana. Como resultado, la dependencia de México de las importaciones de los cinco alimentos prioritarios ha seguido aumentando hasta situarse entre 14% y 80%. También ha aumentado para los productos cárnicos claves.
  • El dumping estadounidense costó a los productores mexicanos de maíz y trigo casi 6 mil millones de dólares en valor perdido para sus cosechas. Con las exportaciones estadounidenses de maíz y trigo que entraron en México con márgenes de dumping de 10% y 27%, respectivamente, de 2014 a 2020, los precios recibidos por los productores nacionales se redujeron en porcentajes comparables. En conjunto, los productores mexicanos de maíz perdieron 3 mil 800 millones de dólares en valor de sus cosechas, mientras que los productores de trigo perdieron 2 mil 100 millones de dólares.
  • Si bien los esfuerzos de la administración de López Obrador para estimular la producción nacional tienen el potencial de reducir la dependencia de las importaciones, hasta 2022 hay pocas pruebas de que se hayan traducido en aumentos significativos de la producción. En parte, esto se debe al dumping estadounidense en los dos primeros años de la administración, ya que las importaciones baratas y los precios bajos redujeron los incentivos de los agricultores mexicanos para aumentar su producción.
  • Los precios internacionales son ahora relativamente altos, debido a las perturbaciones pandémicas y a la guerra entre Rusia y Ucrania. Esto puede estimular el aumento de la producción nacional, pero los aumentos previos en la dependencia de las importaciones dejan a los importadores mexicanos con facturas muy altas. Sólo las importaciones de maíz costaron a México casi 5 mil millones de dólares el año pasado. Desde 2000, los costos mexicanos de importación de maíz, trigo, frijol y arroz se han multiplicado por siete en términos nominales, pasando de 979 millones de dólares a 7 mil 200 millones.

Se prevé que los precios internacionales de los cultivos volverán a niveles bajos en los próximos años. El dumping agrícola de Estados Unidos no es cosa del pasado: es una característica de la agricultura industrializada de ese país, propensa a la sobreproducción y a precios por debajo de los costos para los agricultores. Esto no sólo es malo para los agricultores mexicanos, que se ven obligados a competir con granjas estadounidenses más industrializadas. También es malo para los granjeros y las comunidades rurales de Estados Unidos, ya que los precios bajos socavan las economías locales y hacen que los agricultores dependan de un conjunto de subvenciones gubernamentales caras pero ineficaces.

Al tratar de revertir décadas de abandono rural y dumping estadounidense, el gobierno mexicano está nadando contra corrientes muy fuertes, que se vuelven aún más traicioneras por un acuerdo comercial que limita severamente los golpes que México puede dar. Reducir la dependencia de las importaciones y aumentar la producción nacional de cultivos alimentarios prioritarios son objetivos loables, por diversas razones: reducción de la pobreza, desarrollo rural, mayor resistencia a las crisis de precios y suministro, mayor control sobre la calidad de los alimentos que consumen los mexicanos e incluso seguridad nacional.

Las prácticas comerciales como el dumping agrícola son desleales y están proscritas por una serie de acuerdos comerciales internacionales. Como mostramos en este informe, el dumping estadounidense socava los esfuerzos legítimos de México por estimular la producción nacional de cultivos alimentarios prioritarios y reducir su dependencia de las importaciones.

 

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